El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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jueves, junio 15, 2006

Aserrín, aserrán...

Heme aquí, aquí heme
hoy fue un día casi digno de olvido
me la pasé con el cuerpo flojo, con el ánimo flojo, y ni hablar de la cabeza
y eso que tomé haaaaarta agua y jugo de naranja y café y comí decente con salsita de tomate/4quesos pero nada.
estrés? cansancio? aburrimiento? soledad? ke mierda?
supongo que un poquito de cada uno, pero sobretodo: llevo endeudado el descanso.
este cuento de integrarme a un país "más moderno" y de tratar de hacer cosas lo mejor posible dentro de mis posibilidades, como siempre está cobrando sus frutos.
Menos mal que el lado más débil de la soga ya no es el afectivo. Es una cuestión de dosificación, como siempre. Aunque eso tiene su ingrediente afectivo, ok, la huevona ansiedad por llenar el tiempo, por hacer algo, por no estar ocioso... no vaya a ser que comience la nostalgia.
En fin, mi ahuevonamiento fue disparado desde anoche, en uno de mis típicos ataques paranoico-sobreexigentes, en que a pesar de que a mi juicio, que suele ser cruel conmigo mismo, canté bastante bien mi parte del motete Jesu meine Freude.
Definitivamente ahí no era yo el único tenso, pues aunque fui el último en unirme a la obra, todo se hizo con la Misa en Mi bemol de Schubert encima y con ensayos bastante tarde en la noche en pleno inicio del invierno. Y eso sumado a los problemas normales de todo montaje, que como saben los músicos, siempre son muchos.
Pero, casualmente, yo andaba algo resfriado en los últimos ensayos, y eso acrecentó mi estrés al aprender la obra, así que me sentía bastante tenso. Y todo lo bueno, porque fue muy bueno, de la presentación, por alguna razón se me quedó en las caras de cansancio y me vino una cosa que seguramente también era cansancio pero yo tenía que ir corriendo a dar un examen a la U (a las 9pm) y lo di bien, pero exprimiendo neurona aunque el examen estuvo re-fácil.
No dormí muy bien, me levanté con el cuerpo medio tieso, y bueno... de pronto mi cansancio reprimido del día anterior se convirtió en una sensación de que algo había hecho mal en el concierto. Y bueno, ya sabemos el proceso, uno se siente incapaz y luego el revoltijo... pero afortunadamente me di cuenta que era el cansancio, y me pasé el día luchando contra mi estado monguil, lo que me cansó más.
Y bueno... a pesar de todas las tonteras que me pasaron por la cabeza, quedé contento, porque me di cuenta que eran puras tonteras, y sobretodo, una expresión de que en el fondo todavía no me siento del todo satisfecho, sé que hay cosas que debo hacer mejor... pero tengo que tomármelas con calma, porque si no se me van a lanzar encima ante cualquier falta de electrólitos, como hoy.

En gringolandia no soy tan nerd