El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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sábado, julio 28, 2007

Vic-torio-osa amaneció con el sol de la li-ber-tad

¡Feliz 28!... a todos los peruanos, todos todos, con todas sus virtudes y todos sus defectos, con todos sus orgullos y todos sus complejos, con todo su coraje y todos sus miedos, y por supuesto con su cebiche, su huevo frito, su tacu tacu, su arroz con leche, mazamorra morada, ají de gallina, con su cancha y su rocoto.


Me estaba queriendo saltar el cumpleaños, pero bien tempranito me mandó un mensajito mi mami desde Perú (toda celular ella), sugiriéndome adorable que salga a comer con algún paisano. Osea, hay miles de peruanos en Santiago, y decenas de restaurantes peruanos, pero lamentablemente no tengo tiempoooo... tal vez el domingo... bueno la cosa es que ya tarde en la noche cuando me disponía a continuar todos los trabajos unitrasnocharios que debo entregar por la mañana (¿dormir? ¿kezezo?) me puse a enviarle sms a los pocos peruanos con quienes me comunico por celu.

Se me ocurrió incluir en el sms a mi trabajólico primo JC (a cuya adorable hijita fui a ver el jueves) una parte de esa marcha "Arri-barrí-barribael Perú", justo la parte que da título a este post... y la cagué. Osea no la cagué con mi primo, si no con mi trasnochante yo.

Es que esa canción la alcancé a cantar en primero de primaria, imagíiiinate, tenía 5 añitos y en Lima yo cantaba las canciones de Yola y la infaltable canción de Marco (no te vayas mamáaa buaaa), ah y claro las de Camilo Sesto y Julio Iglesias y Rafael pero eso era por culpa de mi progenitora, la cosa es que uno sabía que había una bandera porque yo iba al jardín a pocas cuadras de la Plaza de la Bandera y para el otro lado vivía mi abuela, era lindo porque pasábamos por el parque que había detrás de la huaca y menos mal que nunca aparecieron las momias incas a agarrarnos a hondazos pero había que mirar de vez en cuando por si acaso y...

El punto es que mi primera gran migración fue a Jaén, y de paso me transplantaron del jardín al primer grado, menos mal porque yo ya sabía leer y me aburría horrores, y algo que nunca olvidaré es ese primer lunes en el patio lleno de niños vestidos de gris deprimente y yo también, y yo para variar llegando tarde porque nunca quise ir al colegio, y me pusieron al final de una fila detrás de la niña más chiquitita para no desordenar al resto y ¡estaban izando la bandera! y yo pasmado escuchaba unas trompetas y la bandera que se movía toda coqueta y de repente me doy cuenta que todos cantaban algo, y la niña chiquitita me miraba con ojos de no te la sabes, y cuando alcancé a entender algo ya iban por Ayacucho y por Junín y yo sabía que eso no queda cerca porque mi abuelo tenía su diccionario de quechua AyacuchoManta y de quechua JunínHuanca y vic-torio-osaamanecióconelsoldela li-ber-tad. Yo estaba a punto de completarla con Tu nombre quedará grabado para ser dichoso por tu falso amor, cuando de repente volvió el Arrí-barrí... y yo perdidaso.

Bueno, no pensé que iba a mandarme tamaño recordaris, pero ya ven, tengo la peruanidad bien traumada digo bien grabada. En realidad se me revuelven varias cosas al pensar en mi país, creo que sigo esperando que amanezca victorioso con el sol de la libertad, cual llamarada de honor y todo. En tres días más completo el tercer año en Chile, y ahora que ando cerrando círculos no le tengo miedo a la opción de volver, creo que estoy más despierto como persona y puedo resistir mejor un país que se sigue develando, donde hay mucha humanidad por recuperar, a pesar de esos andenes sociales que ojo señoras y señores, ya estaban desde siglos antes que llegaran los otros abuelos con su barba.

¿Más peruanidad? compuse una pieza basada en el landó, está al comenzar la página, no asustarse.

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En gringolandia no soy tan nerd