El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
  • Documento completo (pdf, 922 Kb)
  • Extracto (pdf, 414 Kb)

martes, diciembre 18, 2007

Ya canté, ahora... ¡a comer!

Típico: sales de ensayo, y corres a comer. Y si sales de concierto, corres a empujarte un restaurante entero. ¡Cantar da hambre! Si no, pregúntenle a los chicos de SanFer o algún ex-MadrigalistasPUCP.

Bueno, el jueves que canté en el concurso de Trujillo, salí tan pero tan cansado y tan pero tan hambriento... que arrastré a mi familia a desquitarme y comer pollo a la brasa con harto chimichurri -o como se llame la salsa de ajo- y algo de ají porque en Trujillo estar sin ají es no estar. Nos acompañó Atalla, que todavía no cantaba así que no probó el ají, pero sí comió como cantante.
Juimos al Roky's, que es LA pollería de Trujillo. En la foto mi tía Amparo, mi madre, Atalla, y de naranja mi "primito" Joseca.

1 comentario:

Imberbe_Muchacho dijo...

hacer cualquier cosa da hambre... es peor cuando vas al gimansio o a correr y terminas con hambre y tienes que conformarte con tu gatorade...

En gringolandia no soy tan nerd