Disclaimer: este post incluye mocos y flemas.
Pucha, esto de haber estado dos semanas sin poder cantar absolutamente nada con mi voz mía de mi persona de mí, ha sido traumático. Recién hace unos tres días que pude emitir algunas frasecitas, llenas de telaraña, y con avalancha de flema pero algo es algo.
Ayer ya podía cantar más decentito, aunque cero agilidad, y con los agudos aún perdidos en el limbo. Me sentía condenado a cantar eternamente lento y desafinado como la Caballé y mucha gente que conozco, pero luego mi fe me hizo recordar que algunos maravillosos cantantes como la Dessay se han logrado recuperar incluso después de operaciones (pucha, no encontré ejemplos masculinos, qué quieres que haga).
En fin, hoy luego de terminar de ordenar un poco mi casita, me animé a cantar... y me sentí muchísimo más cómodo, pero pucha que al comienzo no podía cantar más de doce semicorcheas seguidas. Invoqué la iluminación de nuestro bienamado maestro Georg Friedrich Händel, y ya luego de un rato estaba cantando Every valley... pensé pucha, qué básico, pero vamos que hace cinco años me parecía dificilísima y ayer tampoco podía, así que me mordí la lengua y seguí cantando.
Luego de un rato de arias de tenor que hay en Rodelinda y Theodora (¿por qué las arias para tenor más lindas de Händel son de personajes secundarios?) sonó la metrallética Disseratevi, o porte d'averno, y en versión de la metralleta Bartoli para colmo... así que con concha me trepé encima y la canté (como tenor, obvio)... no me acordaba todo pero ahí le metí ganas. ¡Ya tengo todas mis notitas! yupi, desde arriba hasta abajo, y sin ataques de engrudo en el camino.
Y ahora me quedo callado, que tampoco hay que abusar (¿más?), todavía no estoy al 100% y hay tos de rato en rato.
1 comentario:
Que bueno que estes mejorando. Y que curioso lo de los personajes secundarios!
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