El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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viernes, octubre 12, 2007

Mi primer Día del Profe

Hoy fue mi primer Día del Profesor, que se celebra estos días en Chile. Me tocó esta celebración civil en mi último día de reemplazo en el TEI. Ok, ok, debería estar haciendo ese resumen que tengo atrasado ya dos semanas, pero estoy muy eufórico así que lean nomás.
Tema aparte, ya había avisado que no podía seguir porque estoy muy atrasado en el trabajo de la titulación y tengo mil cosas más sobre la marcha (hasta nos salieron con un trabajo final en el curso de neurociencia). Me preocupaba un poco dejar a los alumnos en el aire, pero felizmente la Miss C. confirmó que vuelve la semana siguiente, así que no hay drama.

Volviendo al punto: De entrada me encantó que me invitaran, habiendo estado tan poco tiempo en el colegio. Ya desde la mañana el ambiente fue simpático (lo que me hizo olvidar las pocas horas dormidas): una muy pero muy breve ceremonia (ojalá todo colegio fuera así) con palabras de la Presidenta de alumnos, del Presidente de padres, y del Director, y antes que los alumnos lograran aburrirse ya estábamos pasando a las aulas. Unas niñas de último año (4to medio) nos fueron entregando el regalito general, que fue una taza mug con un adorno muy simpático, y por supuesto felicitaciones, abrazos y besos entre colegas (parecía día del beso). Notorio y aplaudible el cambio de look de las profesoras de básica (primaria), que generalmente llevan un horroroso delantal a cuadritos.
A la hora del café, que es el primer recreo, además del salvavidas repartieron una torta multisabor muy bien presentada y no-empalagosa. Las clases hasta las 13:15, y después nos llevaron a almorzar a un hotel al final de Vitacura, un rincón muy verde de Santiago.
El "ligeramente" extenso aperitivo de entrada estuvo genial, hubo montones de jugos de frutas para todos los gustos, hasta guanábana que en Chile es una rareza (fui feliz) pues los profes son muy cool, y también un coctelito (versión local y no digo más) para quien quisiera. Montones de hors d'ouvre (osea bocaditos pes) fríos y calientes que apenas probé (ahora te cuento por qué) y algo de conversa. El punto feo fue el cigarrillo, y ahí se me cayeron las damas, pero en fin, nadie es perfecto.
Un par de días antes me pidieron que cante algo. Eso no me lo pienso mucho, así que sólo tuve que escoger un par de obritas y hacer la pista... lo que demoró porque justo se jue la luz en mi casita.
En fin, pasamos a las mesas, y ¡zás! ¡no había mesas mixtas!... detrás mío venían dos solteras (no dije que me persiguieran) pero justo cuando les estaba ofreciendo dos sillas se les acolleró otra profe diciendo "aaaay somos treees" y bueno, en esta vida todo pasa por algo y se la perdieron. La varonil y testosterónica mesa en que quedé finalmente fue un destripadero de risa.
Se suponía que yo cantaba en ese momento, pero hubo cambio de planes y me dijeron que "me avisaban". Cosa que detesto, porque no puedo cantar habiendo comido mucho, y ni hablar del vino buuu. Había un animador con cara de Jay Leno (busca en gugl pes) que fungía de dj, cantante de boleros, tecladista y cheerleader. Para no estresarme y aprovechar de compensar la falta de sueño (otro enemigo del canto) me empujé casi un salmón entero con harto apio y palta, y aunque mi tío Juan se estremezca, sin papas. Las risas siguieron, y pasamos por historia del rock, de la tele, las jubilaciones, y uno que otro raje adecuado para la ocasión. De postre me ganché (creo que es un Abancay-nismo) un mousse de castañas que comí de a milímetro cúbico esperando la alarma de cantantes. Finalmente hubo un breve canta y gana (fue muy divertido), y antes que la gente se entusiasmara demasiado me llamaron a cantar.
Canté Divinités des grandes âmes de "Ifigenia en Tauris" de Gluck, para marketear el rubro clásico-barroco por supuesto, y luego L'alba separa de Tosti, que ya es más light sin llegar a bolero. Dediqué la participación "al equipo del TEI" con mucho cariño y gratitud por la muy buena experiencia trabajando con ellos (lo que es MUY cierto) y dije un par de palabras sobre las obras, y claro, canté lo mejor que pude. Me salió bastante bien, quedé contento, considerando que llevaba encima poco sueño, mañana de alumnos, el almuerzo a medias y era al aire libre. Pero vaya que fue bueno el efecto. Ya me había dicho la organizadora que nunca nadie había cantado lírico en el colegio, y se notó que lo apreciaron, me aplaudieron a rabiar, se acercaron a felicitarme, y hasta gente que ni me saludaba se expresó muy agradecida.
"Gracias por este regalo", "Gracias por compartirlo con nosotros", "Tienes que venir de nuevo"... me dejaron pensando... muchas veces el público aplaude porque aplaude, pero cuando ves esta calidez descubres que realmente puedes conectar con los demás, y recuerdas que ése es tu objetivo primordial... aunque no hayas dormido completo, aunque tengas la voz cansada por una semana de clases en aula, aunque al escucharte a ti mismo notes que no estás al 100%.
Y después me zampé el postre y seguimos con la tertulia y las risas... pucha que los voy a extrañar.

2 comentarios:

Dragón del 96 dijo...

Comer algo sin papas es casi un sacrilegio... lo sería si no fueran fritas.

Haces llorar con tu canto? Has roto cristal con tus notas? Solo es curiosidad.

Slaudos.

PasajeraEnTransito dijo...

cantaste que??? wow!!!! no sabia que eras cantante de opera clasica. y que tipo de vos tienes? que lindo!

En gringolandia no soy tan nerd