El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
  • Documento completo (pdf, 922 Kb)
  • Extracto (pdf, 414 Kb)

martes, octubre 30, 2007

Parábola de la multiplicación del pan, el pescado y los cantantes

Ok he aquí uno de esos posts que pueden costar el futuro profesional... si no tienes otras opciones. Favor leer completo antes de maljuzgar a cualquier involucrado. Y ojo, ¡odio hablar en tercera persona de mí mismo! ... es para evitar decir "yo".

CAPITULITO UNO

Esto ocurrió en la Semana Barroca de octubre. Martes por la tarde. Gabo enviando un par de mails. Ventanita de guglechat: ¡tinn!
Fabio dice: "Hola Gabriel. Cómo estás para cantar gregoriano el viernes?"
Gabo lee y piensa: ¿aló? y
casi teclea: ¡weeeltaaa! (grito popular que se usa en la cueca, anunciando la "vuelta" que es más bien un "cambio de cancha" de los bailarines). Apelando a que puede ser sólo una confusión de dialecto, dice: Hola ... ah... ¿el viernes? (nótese el uso de signo de interrogación al abrir y al cerrar)
Fabio dice: hay que armar una Schola gregoriana
Gabo dice: ... podría... ¿a qué ensayos hay que ir? (porque hay tres turnos de ensayos por día)
Fabio: al de mañana, el del jueves, y claro, el concierto. Ideal sería si pudieras conseguir más gente.
Gabo exclama ¡weeeltaaa! y la gente del lugar lo mira. Gabo piensa: "pregunté cuál" y dice: No te ofrezco conseguir más gente
Fabio dice: no importa, puedes?
Gabo dice: ¿San Ignacio o Ceruti?
Fabio dice: Ceruti
Gabo revisa el mail con el cronograma de ensayos y conciertos, y dice: Ceruti... ¿a las 4?
Fabio dice: sí, a las cuatro.
Gabo dice: ah... ¿quién está a cargo?... osea, a quién le pido partituras y eso.
Fabio dice: tú llega y te indicamos lo que tienes que cantar.
Gabo recuerda las combis limeñas y dice: ok
Fabio dice: ok


CAPITULOTE DOS

Miércoles por la tarde. Gabo logra terminar el borrador ampliado de su parte del trabajo de titulación, lo envía, y llega al lugar de ensayo.

Hay un desbarajuste general. El director, Gabriel Garrido, que se ve algo distinto en persona (jeje), está haciendo el enésimo cambio: Fulanito ya no canta esta parte, lo va a cantar Zutanito. Menganita nunca llegó a ensayar, hubo que decirle a Torcuata que la reemplace, y llamar a Sigismunda para reemplazar a Torcuata. El coro 3 canta lo que cantaba el coro 2. El coro 2 canta lo que cantaba el coro 4. En tal sección de la obra, lo que debería cantar un solo coro se divide entre los cuatro coros. La oboísta muy educadamente anuncia que no tocará en el cambio que el director le acaba de pedir.

Gabo sabe que estas cosa pasan, y que la vida da muchas vueltas (weeeltaa), y que por eso existen los managers y los contratos anticipados, y no olvidemos los sindicatos.
Fabio (con cara de agotado) estaba saliendo cuando entré, así que pasé a la siguiente cabeza conocida: Gonzalo. Le pregunté por las partes (partituras), y me dijo que saque ticket y espere, porque faltaban varias, que alguien por ahí las tenía y ya me iban a avisar.
Me senté a mirar. La orquesta, con mucha menos sonrisa que de costumbre. Los cantantes, obviamente estresados. Ciertos cantantitos estrella de cierta universidad, pidiéndole al de al lado que le cante la parte (fenómeno existente en todos lados). La gente "de relleno" cantando mejor y resolviendo más rápido que los "profesionales" (otro fenómeno ubicuo).

Vuelve Fabio. Le pregunto por las partes. Me dice que hay que sacar copias de las que tienen los cantantes. No me estreso, aprovecho de descansar y hacer un poco de meditación y relajación focalizada. Una hora después hay una pausa, saludo al famoso director, y me dice que "el amigo de Dionisia" tiene las partes y cuando llegue hay que sacarle copia, "debe estar llegando en media hora".
Gabo se sienta y observa a estos esforzados chicos. Todos creen que trabajar con Garrido es una ocasión única y genial y que serán bendecidos por los dioses barrocos con muchos contratos y grabaciones. Excepto los del ensamble Louis Berger, que también resultaron metidos en este zafarrancho y que aceptan los cambios no sin antes mandar a la punta del cerro al director, y total ya están en Santiago y sus instrumentos pesan mucho como para irse abruptamente.
También hay algo apestoso en el ambiente: la convocatoria fue para cuatro personas con tal y cual característica, y aparecieron otras doce personas por razones "pitutísticas" (varaza) que no se ceñían al perfil ni a patadas.
Finalmente llega el muchacho con lo que teníamos que cantar, pero él tenía otra información: tenía que conseguirse un Liber Usualis (libro de cantos gregorianos) para que el director en el momento escogiera qué quería incluir. Y el director necesitaba una pausa, como todo ser humano, y no tuvo pausa porque lo arrastramos a sacar fotocopias. Para remate, el libro estaba escrito en pneumas (escritura medieval), y no había tiempo de transcribir, y quedaban dos días para el concierto... y menos mal que el muchacho del libro había sido seminarista con especialidad en lectura de pneumas o algo así.
El ex-curita nos leyó la música, y tuvimos que aprenderla de oreja como cualquier mortal. A la media hora yo ya había comprendido el secreto de la lectura en "cuadraditos" así que avanzamos más rápido. Esa noche el director no tuvo tiempo para indicarnos el orden de los cantos, ni menos para escucharnos.
Al ensayo siguiente, logramos coordinar bien entre nosotros, pero no pudimos ensayar con orquesta y coros. Lo complicado era que la schola (osea nosotros) teníamos que "agarrar" la nota inicial de cada canto según el tono que nos dejara orquesta y coro en cada sección inmediatamente anterior... y no sabíamos cuáles eran esas secciones.
Tuvimos por fin un ensayo... y el ex-curita declaró que estaba todo mal, porque los cantos escogidos no correspondían ni en tono ni en modo a la sección en que estaban incluidos. Y yo creía que el gregoriano era fácil. Para colmo nos endosaron un cuarto personaje no sé de dónde, que no tenía voz ni para cantar en micro, cómo te explico. El ex-curita se enojó y desapareció.
Aclareichon (así bien cho): el pata se fue porque ese mínimo ensayo no nos sirvió de nada, y ya llevábamos tres ensayos de cuatro horas como giles sin hacer nada. Y él tuvo que correr a buscar los cantos, leernos los cuadraditos, y corregir que los tonos fueran los apropiados (o los jesuitas anfitriones nos podían excomulgar). Yo no me largué por solidaridad con mis amigos que llevaban más días soportando cambios de última hora y ensayos con partituras incompletas.
El día del concierto , dos horas antes, todavía se estaban haciendo correcciones y cosas. Felizmente todo salió bien... pero los músicos quedaron muertos, los cantantes peor, y yo aprendí que también en Chile nadie es responsable de nada si no le pagan por ello, y que los músicos más entusiastas son los que tienen que soportar las peores situaciones.

1 comentario:

Dragón del 96 dijo...

Se fue solo por que un cantante no estaba a la altura? No sé, pero siempre he creido que las personas que son muy talentosas en un area, no deberían ser tan presumidas...

De verdad parece que hubo mucha desorganización, pero si dices que todo salió bien... pues que bacán. Yo hice teatro hace muchos años y aunque no es comparable con esto, supongo que el estar detrás de escena es tan fregado como en la musica.

Slaudos.

En gringolandia no soy tan nerd