El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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miércoles, julio 02, 2008

Estrenando sopranista

Para no alargar más el suspenso entre mi avasalladora docena de lectores, y esto ha sido sólo cosa de que estamos cerrando semestre en el colegio, ahí tienen la primicia: el viernes canté en registro de soprano. Si alguien no entiende mucho, aquí tienen a una soprano, Natalie Dessay, y aquí tienen a un sopranista, Philippe Jaroussky. Sí, ya sé que son ejemplos demasiado buenos (éstos dos además de ser excelentes están de moda), pero es para que la idea queda clara: soprano es el niño o mujer con voz muy aguda, y sopranista es el hombre adulto que también puede.
Como ya mencioné en el otro post, hasta último momento intenté cantar lo que teníamos preparado, por respeto al trabajo hecho, al compromiso publicado, etc etc. Inicialmente había pensado que en caso de emergencia iba a usar la voz de barítono (Thomas Hampson en el ejemplo) que me apareció estando enfermo, pero gracias a los antiinflamatorios que me empujé, media hora antes del concierto ya la voz no estaba tan grave (en el sentido musical), aunque aún me era imposible cantar decentemente con mi voz de siempre.
Así que no me quedó más remedio que aceptar lo que me decía mi horóscopo en uno de esos diarios faranduleros (¡en serio!): "cambios inesperados en tu profesión, mientras menos te resistas mejor será el resultado". Así que canté en la octava aguda, osea de sopranista. Le dimos una prueba los tres y acordamos que sería lo mejor para que el programa no quedara tan chico. Hice con Ana los tres dúos, y canté solo dos arias. No se pudo hacer más, porque no teníamos más música disponible, y tampoco me atrevía a cantar tanto con una voz que nunca uso. Ana accedió a cantar el Ave María de Schubert (ése que todos conocen) y dos canciones de La Novicia Rebelde, que por suerte Freddy llevaba en la mochila.
En rigor dos de los dúos no son tan agudos, pero el de Mozart sí, y también canté solo el Music for a while de Purcell y el Would you gain de Händel, que tienen sol agudo. Debo reconocer que las notas estaban, si bien no con toda la facilidad que podría haber tenido estando sano. Incluso el volumen era muy bueno. Logré hacer matices, y por lo demás la interpretación era la misma que preparé antes.
Para cerrar el cuento, ya antes había hecho usos poco comunes (para mí) de mi voz, cantando de alto o mezzo, pero siempre en coro y en partes pequeñas, nunca de solista. No sé si lo repita, es un entrenamiento aparte. Ah, y hay grabación... horror.
En este minuto mi voz de tenor ya está bastante cerca de la normalidad, aunque igual debo descansar y cuidarme para volver a estado óptimo pronto.

2 comentarios:

Adriana dijo...

:O felicitaciones! entonces todo salio (Y) bien
Besos

Patricia dijo...

Wow, no sabia que se puede cambiar de 'tenor' a 'sopranista'. Que interesante.
En mi boda, el tenor que contrate se enfermo y mando a otro patita que supuestamente era baritono, y no se pero canto fatal.

En gringolandia no soy tan nerd