El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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martes, diciembre 02, 2008

Canzoni a gusto del maestro

Hoy me llamaron para postergar la audición, así que la ida al estudio de mi maestro para vocalizar se convirtió en clase completa. Como había estado haciendo un par de trámites que se demoraron más de lo pensado, no pude volver a casa a recoger mis partituras, lo que no es tan grave pues el estudio del maestro está repleto de música. Lo que vi más a la mano fueron un par de libros de canciones napolitanas, así que decidí usar eso. 
Lo gracioso es que normalmente le hago "fo" a ese repertorio, y en general al típico repertorio tenoril, que suele ser muy central con algunas histriónicas trepadas al agudo, pues hasta hace poco más de un año el centro de mi voz me resultaba incómodo para cantar, aparte que las predecibles melodías no eran muy de mi agrado, cómo te explico, nunca me gustaron los boleros ni las rancheras, ni Corín Tellado. De todos modos uno siempre tiene que cantar esas cosas en algún lado, así que me sabía unas cuantas. 
Al maestro le gusta mucho ese repertorio, siempre dice que debería dedicarme a eso y se queja de que lo torturo con mis formalísimas e interminables arias de Mozart y las (horribles, dice) semicorcheas de Rossini. Así que lo tomé como la ocasión de darle un gusto, especialmente ahora que canto bastante decente. 
Lo sorprendente fue que ya no me siento incómodo con ese repertorio y, si bien no me resulta lo más interesante del mundo, pude cantarlo hermosamente, aprovechando las largas frases y el texto para interpretar con elegancia, disfrutando de una nueva victoria de mi voz. Canté 'A vucchella, Malia, Ideale, Fenesta che lucive, Santa Lucia y... ¡Core'ngrato! sí señoras y señores, ya no le tengo fobia. El maestro no dejaba de decirme que estaba todo muy bien. Yo feliz. 
Para no dejar de hacer algo de MI gusto, canté Un aura amorosa, que sí es linda y a mi maestro sí le gusta, pero que me resultaba dificilísima y cansadora, y la pude cantar bastante tranquilo. Ahora tengo que acostumbrarme a que no me cuesta; aunque suene tonto el canto es así, uno hace algunas cosas con esfuerzo pero luego eso se transforma en naturalidad, y claro, hay que dejar de aplicar el esfuerzo aprendido pues se vuelve innecesario. 
Y para terminar la clase, exorcicé un demonio que me persigue desde que comencé a estudiar canto: el aria Dalla sua pace, que suena fácil y a la mayoría de tenores les cuesta porque tiene partes en el límite del medio-agudo... a mí me costaba sólo por las notas largas y siempre me pareció simplona. Pues ahora la canté de lo más tranquilo, sorprendido sí por darme cuenta que fluye sola, incluso las notas graves ya me suenan. Carita feliz.

2 comentarios:

Ascanio dijo...

Jejejeje... Felicitaciones por tu progreso hermano. Supongo que te encuentras solo allá en Chile, haciendo lo que más te gusta. Vienes para navidad a Lima?

Un abrazo a la distancia

Alf.

Gabriel dijo...

Tal vez vaya a Lima la última semana de enero... ojalá por un mes. Pero aún no lo puedo confirmar.

En gringolandia no soy tan nerd