No soy propenso a hacerme propósitos de fin de año, porque la vida es un hermoso continuum, pero ya tengo mi primera meta 2009: Llegar decentemente preparado al Concurso de la Ópera de San Juan. Lídice me contó del concurso mientras almorzábamos en su lindo depa en Palermo, cerca al Zoo. Ah, y sobre el curso de Voz Suzuki, pues eso era algo que me planteé hace muuucho.
De las opciones que hay, sólo encajo en el rol de Il Conte d'Almaviva de la ópera Il barbiere di Siviglia, un rol que se podría considerar básico para un tenor ligero o lírico ligero, y que incluso los tenores líricos estudian como parte del repertorio pop.
Peeeero, ello implica estar en forma no sólo vocal y actoralmente... además hay que estar con el físico adecuado para soplarse casi tres horas de coloraturas. Porque lo que tiene de pesado el rol es que el tenor está siempre en escena, solo o en ensambles.
Hasta hace un par de días daba casi por sentado que Rossini era otra vana ilusión (tururururu), pero mientras calentaba motores para repasar lo que cantaría ayer, y luego de hacer un poco de gimnasia-baile, se me ocurrió cantar un poquito de Languir per una bella en la ducha... y no estuvo tan mal, así por pedazos. Luego me dije que probaría con el Ecco ridente in cielo y estuvo mejor.
Lo que sí noté es que hay una secuencia muscular abdominal que antes no utilizaba y que ahora funciona a todo motor para las coloraturas... y no te cuento lo mucho que cansa. Así que hay que poner a tono la nueva coreografía.
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