Y ahora me llamaron de otro colegio, pero no como profe de música, si no de inglés. Definitivamente es algo que puedo hacer, en el contexto de que no es un colegio totalmente bilingüe aunque sí tienen un montón de horas de inglés; que le enseñaré a los de 3ro y 4to básico quienes ya pueden leer y manejan un vocabulario básico; y lo mejor (para los alumnos) es que no usan el aburridísimo sistema antiguo de construcción gramatical, si no que se hace una discusión sobre los mismos temas que están viendo en las otras áreas, pero en inglés, así el nuevo idioma queda relacionado con su aprendizaje diario. Además este colegio es católico y tiene algunas peculiaridades pedagógicas.
Inicialmente tuve algunos temores en cuanto a aceptar este cargo. Primero porque el colegio queda en Chicureo, una zona residencial bastante nueva al norte de Santiago que tiene muy poca locomoción pública, lo que resulta en viajes lentos en bus "económico" (ni tanto), o carísimos en colectivos rápidos... y estuve a punto de quedarme con la segunda opción (porque mi remuneración me lo permitiría), pero resulta que los colectiveros organizan los autos por grupos de personas que vayan al mismo sector, y justo hacia el sector del colegio no va casi nadie.
La segunda cuestión fue si encajaría con las características del colegio, que te saltan a la vista desde la entrada: Es un colegio MUY católico. Sin embargo, al conversar con la Jefa del Departamento de Inglés, me di cuenta que mi función no va por ese lado. El colegio tiene suficiente personal en Pastoral y en Religión (por separado). Y ni siquiera me preguntaron si era católico, aunque durante la conversación sí tocamos valores universales.
Una vez que vi el horario que me correspondería, se me quitó el tercer temor: tendría un horario maravilloso, con entrada a eso de las 9h y salida a las 13h, excepto los jueves que hay reuniones de coordinación y tendría que estar como hasta las 18h. Osea, llegaría a Santiago con suficiente tranquilidad para aprovechar las horas de la tarde y encima acostarme temprano. ¡Yupi!.
Ahora me restan dos entrevistas, la psicolóquica, y la financiera. Y ya en labores, evaluar si me quedo con el bus, me compro un auto (que es un gasto tremendo), o me mudo un poco más al norte...
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