El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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viernes, septiembre 28, 2007

Mi primer JDF

Cuando vivía en Guayaquil, no recuerdo exactamente cuándo, mi madre me contó que había un tenor peruano muy joven al que le estaba yendo bien en Europa, hasta me mostró un recorte de El Comercio. Como en ese momento yo no tomaba tan en serio el canto, y además estaba aprendiendo a vivir fuera del Perú, la noticia no me interesó gran cosa. Además el tipo estaba cantando La traviata, no decían que cantara Mozart, por tanto quedaba en el lado oscuro de Tenorland, para mí, en esa época.
Unos años depués, ya de vuelta en Lima e inscrito en el Conservatorio Nacional, pasaba horas aprovechando los vinilos, cassettes y uno que otro cd de la musicoteca (le decían discoteca jejej). Entre los muchos chismes que van y vienen, me enteré que el maestrísimo Seiji Asato estaba donando videos (en vhs obvio) grabados con transmisiones operáticas de la RAI. Decidí echarle un ojo a alguno de esos videítos.
Lo primero que vi fue L'Italiana en Argel de Rossini. Hasta ese momento mi perspectiva del tenor rossiniano estaba perfilada por los cantantes que mi compañero Rudi Fernández me había mostrado: su adorado Rockwell Blake, Mateuzzi, Ford, y un par más. De todos esos, ninguno me causaba gran impresión: Blake con su vibrato horrible y su timbre tan raro, Mateuzzi con el centro desapoyado y sus fa sobreagudos totalmente incoherentes con la melodía, Bruce Ford era el mejor pero no sonaba como si fuera ligero, había otro pelirrojo que tenía graves horribles, Francisco "Tamino" Araiza no calzó nunca, y había un gringo que me convencía más pero me terminaba dando alergia su estilo alla Alva. Ojo que respeto mucho a Luis Alva, pero el fue siempre un caso aparte, porque todo el mundo reconoce que lo fue (en otro post te cuento). A mí me gustaba un poco Ernesto Palacio, me conseguí algunos discos suyos (tengo uno autografiado), y me encantaba que hizo mucho repertorio barroco y clásico, incluso su disco de Tosti, pero no me gustaba en Rossini. También había escuchado a Giménez, pero el tipo es muy nasal, a cualquier tenor principiante le parecería peligroso escucharlo.

Apreté play, nunca había visto esta ópera, y luego de unos breves y estúpidos intercambios de otros personajes aparecía un flaquísimo (más que ahora) Juan Diego Flórez, sufriéndosela toda por su bella, no ves que estaba lontan di quella. Ya ese primer momento me develaba un planeta nuevo en el espacio. De repente se manda con que forse llegaría el momento perfectamente pronunciado, pero que non lo esperaba ancor, y ya uno estaba levitando unos centímetros, porque ya había soltado por los menos un sib sin arrugarse, bien parado, sin cambiar el color (de voz), sin que pareciera falsete ni que sonara gritado, y porque luego venía el inconfundible sol-dó-sol-dó (en armonía diríamos dominante-tónica-dominante-tónica) rossiniano con sus innumerables notitas, y claro, algo distinto prometía el peruanito éste.
Y cumplió, y superó. Como pueden observar en el video, la cabaletta osea la parte rápida es una demostración absoluta de facilidad natural, pero también, y más importante, de seguridad técnica. En el Perú hay muchas voces como las de JDF. También hay muchas voces mejores, y muchísimas que no lo son tanto pero que podrían cumplir muy bien. Lamentablemente, no han encontrado la seguridad técnica suficiente como para desenvolverse profesionalmente.
Bueno, volviendo al video, que revisé innumerables veces de principio a fin, por primera vez sentí una total identificación con una voz, y eso que en ese momento no cantaba ni la décima parte de lo que canto ahora. Flórez se convirtió en un referente ineludible, no sólo por su linda voz. Sus actuaciones son muy convincentes, tiene un alto dominio escénico, su dicción es muy cuidada en todo idioma que aborde, y claro, su fraseo musical es genial. Y todo eso, solventado por una técnica vocal adecuada y suficiente, ni siquiera extraordinaria.Y escucharlo en vivo es genial. Lo he escuchado... cuatro veces en presentaciones, y unas tres veces más en ensayos (en un ensayo le saqué un autógrafo), aparte de las cien veces en vhs, mil en cd y cuchumil en llutuc. Un cantante para aprender.

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En gringolandia no soy tan nerd