El Efecto de la Música

  • Incidencia del estudio musical en diversas áreas del desarrollo infantil, investigación por G. Huároc, L. Huincamán, D. Jimeno, A. Soto y P. Torrealba.
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viernes, agosto 24, 2007

Conozca a los culpables

Corría el año 1996... yo taba estudiando en Guayaquil, en un conservatorio privado, y mi única intención era cantar como Luis Miguel, el mexicano del bronceado hastiante. Ese conservatorio era nuevo, pero se proyectaba como una alternativa muy seria y exigente, y resaltaba por la cantidad de músicos rusos (osea de Rusia y naciones cercanas) que albergaba.
Un día se me acerca Aliona, una bellísima pianista georgiana cuyo acento sólo puedo describir como elegantísimo, porque cuando hablaba no se sabía si hablaba en ruso o francés y pronunciaba igual de rico el español, bueno como decía se me acerca esta señora y me dice muy seria algo así como "Öscucha östo", y me extendió un video de Las Bodas de Fígaro de Mozart, en la excelente versión fílmica de Jean-Pierre Ponelle (disponible).
Esta versión integra a cantantes que en su momento fueron literalmente lo más exquisito: Kiri Te Kanawa en primer lugar como la Condesa, Mirella Freni como Susanna, Herman Prey como Fígaro, Dietrich Fischer-Dieskau como el Conde, y hasta la pornífera Maria Ewing como Cherubino (se lee Kerubino, ah). La dirección musical es de Karl Böhm, que también fue lo mejor de su época.
Y... ahí decidí ser cantante. Cómo no enamorarse de ese sonido tan etéreo y tan pleno a la vez (ojo que no eran voces pequeñas), esas actuaciones convincentes, y encima con esa cosa sepia que tiene este video... un cuento en el que me sumergí para siempre. Por supuesto, la música de Wolferl (osea Wolfgancito Mozart) en conjunto con la chamba del libretista Da Ponte (dizque jue amigo del famoso Casanova), que llenan esta ópera de momentos geniales. Curiosamente los únicos tenores que aparecen en este video son malísimos, pero nunca me di mucha cuenta de que existían. Claro, después de esto me vi el Don Giovanni del mismo Ponelle, y la Flauta Mágica del Met donde ahí sí hay un tenorazo: Francisco Araiza en su mejor momento, al lado de Lucia Popp y Edita Gruberova. Fascinado de por vida.
Hay algunas escenas en llutuc:
AQUÍ está el trío del segundo acto, un reconocido momento cumbre en la historia de la música. El conde nota que en el closet hay alguien encerrado (Cherubino), y la condesa trata de disuadirlo.
AQUÍ está el dúo que continúa al trío, en el que la condesa no sabe que Susanna ya hizo salir all muchacho, y termina contradiciéndose y... la situación se explica sola.
AQUÍ está la escena de la boda al final del tercer acto (son cuatro), con la conocida marcha. La madeja se ha desenredado en 3/4 partes, pero por supuesto vuelve a enredarse para delicia de todos.

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